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Una revista del Partido Comunista de China pide mano dura contra la guerra de precios

Una revista del Partido Comunista de China pide mano dura contra la guerra de precios

HONG KONG, 2 jul (Reuters) – Una destacada publicación del Partido Comunista de China ha pedido que se tomen medidas enérgicas contra las formas de competencia que alimentan las guerras de precios y reducen los beneficios en diversas industrias, criticando a las grandes empresas y a los gobiernos locales por prácticas desleales.

Un artículo en la revista Qiushi del martes afirmaba que el fenómeno conlleva un «enorme despilfarro de recursos sociales» y una deuda insostenible que podría poner en peligro el crecimiento a largo plazo, lo que supone la advertencia más contundente del Partido Comunista sobre los riesgos del exceso de capacidad industrial.

El artículo, escrito bajo seudónimo, se centraba en la «competencia involutiva», según la cual las empresas y los gobiernos locales invierten ingentes cantidades de capital para conquistar cuotas de mercado en un entorno de demanda limitada, sin conseguir aumentar los ingresos.

El informe se centraba en sectores como la energía fotovoltaica, las baterías de litio, los vehículos eléctricos y las plataformas de comercio electrónico.

Para reducir costes, algunas empresas comprometen la calidad de sus productos, afirmó Qiushi, lo que desincentiva la innovación y la inversión en investigación y desarrollo y perjudica los intereses de los consumidores, ya que «el dinero malo expulsa al dinero bueno». Otras empresas emplean recursos para ampliar su capacidad, al tiempo que retrasan los pagos a proveedores y contratistas, presionando a toda la cadena industrial.

Las plataformas de comercio electrónico compiten en precios aprovechando su posición ventajosa para trasladar la presión a los comerciantes que las utilizan para llegar a los clientes, afirmó Qiushi.

La revista también ofreció algunas críticas poco frecuentes a los responsables locales, a los que les señala tanto su «ausencia» como su «extralimitación».

En su opinión, las autoridades deberían intervenir más, ya que la normativa no ha seguido el ritmo de desarrollo de nuevas industrias y modelos de negocio. Los mecanismos de quiebra también son «imperfectos», lo que impide frenar la oferta excesiva.

Por otro lado, algunos gobiernos locales, centrados en el crecimiento a corto plazo, atraen la inversión «creando artificialmente paraísos políticos» con impuestos, tasas, subvenciones y uso del suelo preferentes, así como con medidas proteccionistas.

Muchos economistas llevan años advirtiendo a Pekín de que los elevados niveles de inversión estatal y la escasa demanda interna —provocados en parte por una débil red de seguridad social y las profundas desigualdades entre el campo y la ciudad— hacen que China dependa excesivamente de las exportaciones para crecer, y plantean riesgos de endeudamiento y deflación similares a los que experimentó Japón en los años noventa.

Qiushi no mencionó la deflación, pero advirtió que China podría sufrir de «dependencia de la senda del modelo de desarrollo» y necesitar reformas del lado de la oferta que reduzcan el exceso de capacidad industrial y una estrategia para ampliar la demanda interna.

No obstante, advirtió de que esto llevaría tiempo.

«Rectificar la competencia ‘involutiva’ es un complejo proyecto de ingeniería sistemática que no puede lograrse de la noche a la mañana ni con una sola medida decisiva», escribió la revista.

(Escrito por Marius Zaharia; edición de Shri Navaratnam; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)